Cuando digo que soy interiorista, especializada en interiorismo textil, mi interlocutor suele poner cara rara, a veces preguntan, pero otras veces se quedan con la duda.
Por eso quería aclarar que es exactamente y cómo podemos usarlo nosotros en nuestra casa.
Cuando usamos la palabra textil nos referimos a cualquier producto que está hecho de tela, por lo tanto interiorismo textil se refiere al uso de productos textiles en decoración, y digamos que es el toque final, aunque es preferible no dejarlo para el final, o lo que llaman los ingleses “the cherry of de cake” (la guinda del pastel)
De lo que se trata es de vestir el espacio, es curioso cómo sin cambiar nada del mobiliario, solo con la combinación adecuada de tejidos, podemos cambiar todo un ambiente. Por eso el textil, es un buen recurso cuando simplemente queremos refrescar alguna zona de nuestra casa.
La siguiente pregunta sería, de que productos textiles disponemos.
Productos textiles tenemos para todo, papel pintado, alfombras, todo tipo de cortinas para vestir las ventanas, pequeños complementos, cojines, mantitas, colchas, sabanas… cualquier mueble tapizado, se trata de todo aquello que lleve tejido.
Los textiles ayudan mucho a definir el ambiente de un espacio y darle personalidad, por eso decía que aunque son el toque final, lo perfecto es tenerlo en cuenta cuando se está definiendo el espacio desde cero, siempre que sea posible, claro.
Si decisiones como vestir las paredes con papel pintado, la elección del sofá o el modelo de cortinas que queremos poner, las dejamos para el final , estaremos mucho más limitados a la hora de decidir.
Al elegir los textiles, siempre aconsejamos pensar antes que deseas sentir al entrar a ese espacio teniendo en cuenta tu personalidad pero en el sentido de sentimientos, de necesidades, las sensaciones que te producen los diferentes colores…, por eso decimos que tu hogar dice cómo eres porque si consigues que tu casa hable de ti, habrás conseguido que tu casa se convierta en tu hogar, ese lugar donde más tú, te sientes.
El concepto se va complicando verdad ¿?
Usar bien los textiles no es fácil pero siguiendo unas pequeñas pautas, puede resultar mucho más sencillo y además muy divertido. Hay dos conceptos que resumo rápidamente…
Es fundamental mirar el espacio y ver los colores que tiene ese espacio porque tiene que haber una coherencia entre suelos, paredes y los elementos textiles que vamos a elegir. No será la misma paleta de color con una base de blancos, que con una de grises o una de tostados. Y con esa base tienes que decidir que te falta en ese espacio, que necesitas que te haga sentir… si quieres crear un espacio más divertido podemos meter color a contraste o si quieres un ambiente más relajado puedes seguir con la gama de básicos que tiene la base de la estancia.
Una vez que tengas tu paleta de colores definida, no te salgas demasiado porque puede producir mucho ruido visual y que el ambiente pierda el sentido que querías darle.
Puedes jugar con estampados pero cuidando que los colores estén dentro de la paleta que has decidido.
Otra forma de agregar interés visual al espacio es mediante el uso telas con diferentes texturas mezcladas, que incluso en una gama de colores básicos se consigue mucha riqueza.
Otro punto importante es la calidad del tejido, y la mejor forma de detectarlo es tocándolo, cuando tocas la prenda sientes si es suave si es pesada, si tiene cuerpo, al final la prenda te trasmite sensaciones que son las que deben ayudarte a la decisión final.
Prendas textiles de baja calidad restan calidad al resultado final, y este es un error muy fácil de cometer.